08 abril 2011

¿Qué lleva a la piratería? -Parte I-


La media de los marineros de los siglos XVII y XVIII nacían en familias pobres en los barrios bajos de las ciudades portuarias.Un ejemplo de ello era el barrio de Wapping, en Londres.
La única tierra firme que pisaba un marinero al atracar en el Támesis. Poco más que un montón
de edificios destartalados y sucios, en su mayoría tabernas mal iluminadas en las que los marinos comían arenque y embutido de despojos en gelatina y cercana a una amplia vía pública, sede de prostitutas callejeras y burdeles.
A pesar de que desde el Gran Incendio de 1666 se había construido una amplia noria a un extremo del Puente de Londres, que bombeaba agua diariamente a la ciudad agua para prevenir futuras catástrofes, los londinenses se negaban a beber agua, y por ello era común entre hombres, mujeres y niños la cerveza a un penique.
Además, no había un sistema de recogida de basuras serio y la gente vivía salpicada por meados y pisoteando excrementos de caballo y de hombre.
La salida común de este infierno en tierra, para ir a un infierno en la mar, eran las guardias de leva.


La Royal Navy Británica, dependía constantemente de hombres jóvenes para mantener su poderío en los mares, por ello y antes de esperar a que se presentaran unos pocos voluntarios, se dedicaban a reclutar a la fuerza a hombres jóvenes desprotegidos. Para ello, había unas patrullas pululando por los barrios del puerto, armados con porras y alfanjes y a la espera de caer sobre un incauto para ''enrolarlo'' en la Marina del Rey a base de dejarlo inconsciente.
Con el paso de los años, las patrullas inventaron mil estratagemas para conseguir nuevos reclutas: sobornaban a prostitutas para atrapar a marinos incautos, e incluso inventaron el ''Chelín del Rey''. Según el código naval, una vez que ingresabas en la Armada Británica se te daba un chelín, una vez lo aceptabas quedabas enrolado. Pues bien, un hombre con pinta de buena persona te invitaba a una gran jarra de cerveza en una taberna del puerto, lo bebías hasta vaciarlo y con horror te dabas cuenta de que en el fondo del vaso estaba el famoso chelín que acababas de aceptar...Así, los barcos de la Armada se llenaron de hombres jóvenes de toda clase, campesinos, granjeros, mendigos, obreros, incluso cuando no había gente a la que atrapar, se recurría a llenar el cupo con presidiarios y rufianes...

Otra técnica, muy común en Francia, era la de los ''Engagé'' o enganchados. Hombres jóvenes que se pagaban el pasaje hacia el Nuevo Mundo trabajando en condiciones de semi-esclavitud durante los años que estipularan su contrato (habitualmente 3 o 4 años)...Muchos de ellos acabaron sirviendo a bucaneros o relacionándose con plantadores de pocos escrúpulos, como les pasó a bucaneros famosos como Henry Morgan o El Olonés...

1 comentario:

  1. Qué buenos tiempos aquellos!!! XDDDD

    Felicidades por el blog, lo estoy leyendo de arriba a abajo!!

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