11 noviembre 2011

"Piratas del Mar Caribe (1942)"

“El mar y solo el mar hizo que Norteamérica se convirtiera en una gran nación “.

-Título original: Reap the Wild Wind (1942).
-Director: Cecil B. DeMille.

Más que de piratas al uso esta historia trata de raqueros y marinos. De cómo los americanos no sólo se jugaban el pellejo en la frontera del oeste sino también en los traicioneros Cayos de Florida, que reclamaron tantos barcos y acabaron con tantas tripulaciones. Pero estos naufragios no pasan desapercibidos al resto de navegantes de la zona, y así presenciamos la lucha entre los rescatadores de víctimas (y mercancía) del honrado capitán Philpott (Marino de pura cepa, de esos de pipa en la boca y barba blanca y espesa) y su protegida la señorita Clairbone, y el malvado criminal conocido como "King" Cutler, que más bien se dedica a saquear los pecios de naufragios que muchas veces él mismo provoca.
Uno de estos naufragios es el del clíper del capitán Jack Stuart, un John Wayne de marino gallardo y patilludo, un Aubrey americano que aspira a la capitanía del "Cruz del Sur", un barco a vapor que sería el orgullo de cualquier capitán, y que ha sido traicionado por su segundo de abordo.
La señorita Clairbone se enamorará del apuesto capitán Stuart, pero a la vez será pretendida por un caballero del Sur llamado Tolliver, que ejerce como burócrata en la compañía naviera en la que trabaja Stuart.

Con un estilo muy cercano a "El Mundo en sus Manos" o "Capitanes Intrépidos", en una época en la que el ron había dejado paso al Whiskey y se discernía a lo lejos la humareda del futuro a vapor, De Mille nos relata el enfrentamiento entre esos dos hombres mientras que "King" Cutler conspira en la sombra para aumentar cada vez más su poderío en las costas. No esperéis duelos a espada, ni pabellones negros, ni galeones ni bigotillos. Hay gorras de lana, navajas y mamporros, clípers y patillazas de lobo de mar en el viejo Sur.
Jack Stuart es el marino real, ambicioso por obtener un buen mando y subyugado a la voluntad de los despachos de tierra firme de navieros y armadores.
Tipo simple y en ocasiones rudo, pero noble. Un personaje perfecto para John Wayne.
Una película entretenida y trepidante (para la época), con escenas realmente ingeniosas como la imagen del despacho del Coronel Deveraux, en la que las maquetas de los barcos a flote ocupan las estanterías y las de los barcos hundidos se dejan en la chimenea, como leña.

Es evidente que Piratas del Caribe tomaría varias cosas de ella en el futuro, como por ejemplo SPOILER (la redención de Stuart al luchar contra el Calamar Gigante) FIN SPOILER y que no me llega a convencer como final.
Resumiendo, un éxito en 1942 y un clásico en nuestros tiempos. ¡Sin duda la recomiendo!

-Calificación: 7/10.

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