04 diciembre 2011

Los piratas Djoamis del Golfo Pérsico.

Se conoce de sus actividades a principios del siglo XIX. En 1809 tenían una flota de cincuenta buques, embarcaciones pequeñas llamadas "Trankies" en las cuales había un promedio de treinta piratas. Iniciaban sus ataques lanzando piedras a sus enemigos y al saltar al abordaje echaban agua en cubierta para purificarla antes de atacar, pues eran fervorosos creyentes. Hecho esto, decapitaban uno a uno a todos los tripulantes del barco enemigo gritando: "¡Allah Acbar!" ("¡Dios es Grande!"). No eran musulmanes, sino que abrazaron la fe de Abdul-Ul-Wahab, fundador de la secta de los wahabitas, que admitía como profetas a Abraham, Moisés y Jesucristo, pero situaba a Mahoma por encima de ellos.
En un principio se dedicaban a la pesca y a la recolección de perlas en las costas del mar de Omán, con bases importantes en la isla de Bahrein y un cuartel general llamado Rahs-El-Kyma.
La ciudad de Rahs-El-Kyma se situaba en una punta arenosa, avanzando hacia el nordeste. Era una posición estratégica excelente, presentaba un costado al mar y al sureste una ensenada cerrada a los vientos. En un principio contaba con una serie de fortificaciones destartaladas, pero en 1815 contaban con una defensa más sólida amparada por artillería y torretas defensivas. Las casas del poblado eran de tierra batida y las separaban callejuelas estrechas en las que vivían cerca de diez mil personas.
Al llegar a puerto los expedicionarios, se producía un reparto de botín en el cual el jefe y los oficiales se quedaban con más parte que el resto, que vivían de la pesca que realizaban las mujeres mientras sus maridos se iban a piratear.
Cabe destacar, que cuando una mujer casada con un pirata y sin hijos varones perdía a su marido, podía ocupar su lugar en las expediciones, igualando a éstos en cuestiones de dureza y sangre fría en batalla.
El aspecto de estos piratas Djoamis era por lo general bastante sucio a ojos de los europeos. Solían vestir camisas largas que no se quitaban nunca y en vez de pantalón o calzones llevaban una manta de piel de cabra. Los hombres solían llevar el pelo enmarañado y largo recogido en un a especie de turbante o "Keffea".
En 1815 sus acciones se desplazaron al Mar Rojo y ésto dió inicio a un intento de supresión por parte de los británicos que acabó con unas negociaciones con Ameer Ibrahim, líder de los piratas, que consiguió un acuerdo de paz que se rompería tres años más tarde.
En 1818, los Djoamis se volvieron tan osados que hicieron falta siete enfrentamientos decisivos contra ellos para impedir que avanzaran hasta el océano Índico. Por fin, en 1819, el coronel británico Sir W. Grant Keiz llegó hasta Ras-El-Kyma y mantuvo la ciudad bajo asedio durante seis duros días en los que murieron varios de sus oficiales, se bombardeó la ciudad con obuses y cañones y los Djoamis lucharon como auténticos diablos, asaltando durante la noche las trincheras de sus sitiadores.
Finalmente, los pocos Djoamis que aún vivían huyeron al desierto poniendo fin a la piratería en las costas del Golfo Pérsico.

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