06 mayo 2012

Jamaica inglesa y los "Picarones"


En el siglo XVIII, y tras haber recibido golpes de todas partes, España se decide a otorgar patentes de corso a cualquiera con tal de hostigar a los ingleses. De aquí nacieron un tipo de corsarios-guerrilleros que en Cuba se conocieron como "Picarones" y provocaron daños astronómicos a la economía inglesa de la isla de Jamaica.
Solían partir de noche en canoa desde el puerto de Trinidad, al sur de la isla, en grupos de tres o cuatro hombres armados de machetes y provisionados de pan casabe. La misma noche llegaban a Jamaica y escondían la canoa en alguna cala oculta. Una vez en tierra se escondían cerca de las plantaciones y espiaban a los esclavos negros que allí trabajaban hasta el momento en que decidieran arrinconarlos y amenazarlos con las armas, aunque por lo general no solían hacer uso de la violencia.Se les llevaba a Cuba maniatados y se les vendía como esclavos.
La razón de que fueran la pesadilla de los ingleses fue que al poseer patente de corso se les debía tratar como corsarios, esto es, como prisioneros de guerra, en vez de ahorcarlos como simples piratas. Se les llevaba a Kingston y se les encerraba en alguna torre o pontón, pero no solían permanecer mucho tiempo allí.
Escapaban con mil argucias y volvían a casa tras haber secuestrado a un par de negros por el camino.
Inglaterra puso el grito en el cielo, como siempre que el corso la perjudicaba, y exigió que las diferencias entre "pirata" y "corsario" fueran más acusadas en el ámbito de actuación y rapiña. Sólo considerarían legalmente a los corsarios si contaban con patente y un barco relativamente pertrechado para la guerra.

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