Venía, con las velas desplegadas,
Contra el viento que soplaba
Hasta que pudimos distinguir
Los rostros de la tripulación.
Entonces cayeron los masteleros
Y colgaron lacios sobre los obenques,
Y las velas se desprendieron
Y marcharon flotando cual nubes.
Y los mástiles, bien aparejados,
Cayeron lentamente, uno tras otro,
Y el casco se dilató y desapareció
Como la bruma marina bajo el sol.
Fragmento de "The Phantom Ship", Henry W. Longfellow, extraído de "Mares Tenebrosos" de editorial Valdemar.
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